Quisiera esta tarde divina de octubre
pasear por la orilla lejana del mar;
que la arena de oro, y las aguas verdes, y los cielos puros me vieran pasar.
Ser alta, soberbia, perfecta,
Ser alta, soberbia, perfecta,
quisiera, como una romana,
para concordar con las grandes olas,
y las rocas muertas y las anchas playas que ciñen el mar.
Con el paso lento, y los ojos fríos y la boca muda,
Con el paso lento, y los ojos fríos y la boca muda,
dejarme llevar;
ver cómo se rompen las olas azules
contra los granitos y no parpadear;
ver cómo las aves rapaces se comen los peces pequeños
y no despertar;
pensar que pudieran las frágiles barcas
hundirse en las aguas y no suspirar;
ver que se adelanta, la garganta al aire,
el hombre más bello, no desear amar...
Perder la mirada, distraídamente,
Perder la mirada, distraídamente,
perderla y que nunca la vuelva a encontrar:
y, figura erguida, entre cielo y playa,
sentirme el olvido perenne del mar.
Alfonsina Storni
Alfonsina Storni
4 comentarios:
y si, Alfonsina que se puede agregar a su belleza.
besos
Esta poesía la recitaba mi mamá cuando yo era chica, siempre me ha encantado.
Un besito Nan!
No es tuya?
Pues podría haberlo sido, yo te he visto genial!
Besicos
Querida Nancy, una poesía preciosa. Un besito guapa
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